Der Loingpres Rosenkranz
 
Loingprès, es un término usado en el medievo (s.XII-XIII) por estudiosas y beguinas como Margarita Porete, Hadewijch de Amberes y Hildegarda von Bingen entre otras, para denominar el juego entre la cercanía y la distancia como nudo de la relación amorosa, en ese tiempo traducido como amor místico. (Yo entiendo hoy el amor místico como una forma de estar placenteramente en este mundo, con el cuerpo y a través de él, entendiendo yo a Dios como el todo que nos rodea).
 
Me interesa la manera en la que las mujeres perciben el mundo y se relacionan o actúan con y en él. Sobretodo cuando las mujeres se relacionan de forma amorosa (no únicamente sexual, pero también) y políticamente, de forma correlativa.
En relaciones mayoritariamente duales, entre dos mujeres, se propicia la profundidad de los hallazgos. A través de la escucha de la otra, en la cercanía o prés, me formulo yo a mi misma, deviniendo la otra mujer un Speculum, el "yo digo yo" de Carla Lonzi. Segundo Manifiesto de Rivolta Femminile. Roma, Marzo, 1977.
 
Desde la distancia o Loing, agudizado ahora por el aislamineto social consequencia de esta pandemia, nos relacionamos con el mundo habitando la Nada, (que proviene del latín natus_ nacer, quizás una posibilidad de reescribirnos o de descubrirnos? Cómo dice Wanda Tommasi en Escritura del desierto:
"…allí donde la parte más recóndita de sí se abre a la escucha de lo ignoto".
 

 
En el desierto, escuchando nuestra propia voz, desplazándonos en el espacio, ofreciendo una nueva medida hacia fuera, hacia dentro, a lo ancho y profundo, este es el espacio que representa KloHäuschen, un espacio liminal, con ecos fantasmagóricos de lo masculino, el antiguo pissoir, en un mundo compartido, un espacio sin embargo en el que yo centro la atención a mi propia voz. Una invitación a adentrarnos en mi universo personal, entre lo ritual y lo biográfico.
Similar la celda que habitaban algunas beguinas del medievo, el espacio se define entonces por el elmento liminal, las ventanas, que establecen las fronteras entre el exterior y el interior, y la celda misma, que se presenta como un espacio intermedio, entre el espacio mundano y otro más allá, al que nos transportan los rituales, en el lugar donde suceden las visiones, en la tierra espiritual.
En esta instalación de carácter híbrido similar al que preside la experiencia visionaria, las imágenes ofrecen formas que se parecen a las de este mundo. Los contenidos espirituales toman formas visibles, se muestran, aparecen. El lugar de la visión.
 
El rosario, como juego, como traslador para alcanzar el estado liminal, como apertura hacia lo ignoto. Las rosas son en la iconografía medieval, vulvas, las llagas de Cristo, vulvas, fuente de creación ...
 
Raquel Ro, 2021.